Hasta ahora no habíamos podido ver a estas dos bestias de la marca estadounidense frente a frente en el circuito, y aunque el resultado de la drag race es el esperado, lo cierto es que la diferencia no es tan abultada como cabría esperar.
Los Dodge Challenger SRT Hellcat 2016 y Dodge Challenger SRT Demon 2018 eran las versiones más poderosas y atractivas del catálogo de Dodge, y aunque ambas están fuertemente relacionadas a nivel técnico, lo cierto es que son tratadas como si fueran modelos totalmente diferentes, aunque lo cierto es que el Demon no deja de ser un derivado radicalizado del Challenger Hellcat.
Mientras el Demon fue una bestia de edición limitada desarrollada específicamente para quemar rueda en las drag strips, aunque probablemente la mayoría de los ejemplares solo sirven para acumular polvo en las colecciones de sus propietarios, el Challenger Hellcat es, aunque parezca mentira, una versión de producción regular más de las que componen el catálogo de Dodge.
En el caso del Hellcat nos encontramos con una potencia de 717 CV (707 hp), mientras que el V8 Demon entrega en su modo estándar (empleando gasolina convencional) 819 CV (808 hp), que se elevan hasta los 851 CV (840 hp) cuando empleamos la llave roja del modelo y repostamos combustible de 100 octanos (de competición). Aunque para ello primeramente tendremos que haber configurado el Demon con el módulo PCM opcional, que permite repostar ambos tipos de combustible y desbloquear toda la potencia disponible.
Toda esa potencia viene acompañada de un bastidor a la medida, tremendamente reforzado con respecto al resto de versiones de la gama Challenger y que en el caso del Demon además cuenta con unos ejes extra anchos calzados con un conjunto de ruedas pensados precisamente para quemar goma en las pistas de drag.
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