Las entradas de aire se abren o cierran en función de la velocidad, y lo mismo ocurre con el despliegue del alerón trasero.
La nueva generación del Porsche 911 ya está aquí y aunque la marca por el momento solo ha presentado unas pocas versiones y variantes.
Una de las más curiosas y llamativas es su elaborado esquema de aerodinámica activa, que ha sido estudiado no solo para obtener los mejores valores posibles de downforce, sino para poder refrigerar diversos elementos del vehículo sin restar eficiencia aerodinámica.
En la parte trasera encontramos el curioso alerón escamoteable.
Mientras está cerrado, este elemento es tan solo un panel más de la zona trasera y no cuenta con la habitual forma de alerón, pues incluye las propias curvas de la carrocería.
En cuanto el vehículo gana velocidad este se levanta, revelando sus verdaderas formas y tamaño, que se extiende de extremo a extremo de la zona inmediatamente superior de las ópticas traseras.
Al igual que las trampillas delanteras, el alerón también se despliega en diversas posiciones según la velocidad, ofreciendo así el máximo compromiso entre carga aerodinámica y arrastre. El sistema de bastidor activo PASM también colabora en estas medidas, endureciendo la suspensión en función de la carga aerodinámica.
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